Cigarro, placeres e imaginación

Tomé un cigarrillo y lo encendí. Con toda tranquilidad, caminé hacia las cortinas de aquella ventana vieja, mis pechos descubiertos no fueron notados. Dos de la madrugada -aún conversando. La luna estaba dormida y las estrellas únicamente saludaban a unas cuantas personas. Los sonidos nocturnos no hicieron que me doblegara, quería seguir escuchando tu voz, imaginarte a mi lado. Al final mi cuerpo estaba húmedo y desnudo, esperando el llamado nocturno de tu voz, donde los placeres, el cigarro y la imaginación coincidirán.
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Jordana Amarantha

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