Algo de antaño...

Sè sòlo un minuto dislocado en el reloj de mi espalda dolida,
Sè pues la luz que atravieza las luces,
Sè tù, asì, hora y palabra,
para que pueda diluirme en la espesura de tu voz,
hoy he puesto mis ojos en ti y creìdo que las hormigas hienden resquicios en mi vientre,
al experimentar la extraña sensaciòn de tenerte, sin ser,
sigue tras el tembloroso cristal,
verde y azul,
para que no culmine tu sueño,
en los rieles que se acaban,
sè tanto como hasta ahora, para abarcar y refulgir en un sàbado desteñido en el que pueda ver màs que mi reflejo en tus ojos.


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Karla Tamayo
Nota: este texto me lo dedicó Karla hace ya muchísimo tiempo. Y lo acabo de encontrar apenas hace cinco minutos.

Comentarios

Anónimo dijo…
Mujer
Que lo inspirados sea siempre oxígeno...
Que nunca falte, como el pan en la mesa.

Lo que vivís, tenés que llevarlo contigo, como el mejor de los amuletos.

-A veces sigo balbuceando las mismas ideas-